Filosofía del sentido común: Hay un sentido común en el ser humano que garantiza por la vía de la evidencia, las verdades teóricas y prácticas ás fundamentales de la lógica, de la moral y de la religión y que por tanto supera todo escepticismo.
Cuando el ser humano hace frente a una circunstancia, no toma una resolución a partir de las circunstancias, sino que desde aquellos conocimientos significativos tenga la persona, los cuales utiliza para descidir sus acciones o resoluciones ante las circunstancias. Los conocimientos significativos determinan la capacidad de respuesta ante una situación, por ende determinan la inteligencia.
Entonces en América Latina se hace un cambio del método filosófico, pasando del método inductivo europeo al uso de uno intuitivo, más acorde al latinoamericano, este método intuitivo permite responder a partir de la circunstancia con los conocimientos significativos.
Sensismo y sensualismo: Parte de que lo verdadero es lo que me hace sentir, aquello que provoca una sensación ya sea positiva o negativa. El punto clave está en la realidad que hace sentir. El latinoamericano responde a lo que le produce sensación. Por tanto para esta escuela la razón ya no determina lo verdadero, el sentimiento es el criterio de verdad, entonces hace del conocimiento algo fisiológico.
Eclecticismo: es un intento por superar las limitaciones de las diferentes escuelas filosóficas, recogiendo los aciertos de todas para construir un sistema nuevo, y para lograrlo se deben borrar los absolutos, conviertiendose en una filosofía a la carta.
Las tres ideas fundamentales son:
- Lo infinito (Dios), lo finito (mundo) y la relación entre ambos.
- Partidarios de un cierto paenteísmo (todo está en Dios)
- Entienden la historia como el desarrollo progresivo del espíritu: desenvolvimiento de fuerzas de las ideas
- La materia, desprovistas de fuerza es pura abstracción
- Todo sistema filosófico sólo representa un ambito de la realdiad.KrausismoLa filosofía de Krause, que no ejerció gran influencia en el pensamiento filosófico general, consiguió, sin embargo, agrupar un número bastante considerable de discípulos que expusieron y propagaron sus ideas, particularmente en el dominio de la Filosofía del Derecho. Entre ellos debe mencionarse a Leonhardi, Ahrens, Röder y Schliephake, y más recientemente a Tiberghien y Boeck, que introdujeron el krausismo en Bélgica. Un destino mucho más afortunado tuvo el krausismo en España, donde fué introducido primeramente por Sanz del Río, que estudió en Heidelberg con Leonhardi y Röder, y fué proseguido por sus discípulos directos e indirectos (Federico de Castro, Tomás Romero de Castilla, que intentó conciliar el krausismo con el catolicismo, José de Castro, F. de P. Canalejas, &c.) y, sobre todo, Don Francisco Giner de los Ríos. El krausismo constituyó en España, más que una dirección filosófica propiamente dicha, un movimiento de renovación espiritual que tendía a remozar las energías nacionales en todas las esferas, particularmente en la educación y en la política. En este sentido pertenecieron al krausismo casi todas las principales figuras de la intelectualidad liberal española de la segunda mitad del siglo XIX, incluyendo en ella pensadores y políticos como Pi y Margall, Emilio Castelar, profesor de Historia en la Universidad de Madrid, Nicolás Salmerón, profesor de Metafísica en la misma (Concepto de la Metafísica, 1870; Principios analíticos de la idea del tiempo, 1873); González Serrano, &c. En general, todo el republicanismo liberal se centró en torno al krausismo, sin que este término significara siempre la adhesión estricta a las doctrinas del filósofo alemán. El krausismo se enfrentó de este modo, por el campo filosófico, con el escolasticismo; por el campo político, social y educativo, con el tradicionalismo. Como una prolongación de los primeros círculos krausistas de Sanz del Río puede considerarse la Institución Libre de Enseñanza, fundada por Francisco y Hermenegildo Giner de los Ríos, Nicolás Salmerón, Gumersindo de Azcárate, Joaquín Costa, Montero Ríos, &c., que tuvo en la vida intelectual española una significación considerable y que extendió el «krausismo» en aquel sentido de afán de renovación antes apuntado. Profesores en la Institución fueron, además de sus fundadores, Juan Valera, Simarro, así como numerosos discípulos de Giner de los Ríos. Entre estos últimos se cuentan Adolfo Posada, Pedro Dorado Montero, Alfredo Calderón, Manuel Bartolomé Cossío, Julián Besteiro, José Castillejo, Fernando de los Ríos, Caso, Ribera Pastor, en parte M. García Morente, el psicólogo J. V. Viqueira, &c., que evolucionaron casi todos en sentidos diferentes (Dorado Montero hacia el positivismo; Besteiro y Fernando de los Ríos hacia el socialismo marxista entendido como el verdadero humanismo; Ribera Pastor hacia el neokantismo; &c.). La influencia del krausismo y de la Institución Libre de Enseñanza decreció en el orden filosófico desde comienzos del siglo XX en que irrumpieron, con una nueva generación, un nuevo estado de espíritu y diferentes corrientes filosóficas (generación del 98, generación de Ortega y Gasset).
José Ferrater Mora · Diccionario de filosofía
Editorial Atlante · México 1941La frenología
La influencia de las teorías empiristas y sensualistas durante todo el
siglo XIX impulsaron el desarrollo de las ciencias naturales y la aplicación
del método científico al campo de lo que se llamarán ciencias humanas
o del espíritu. Uno de los capítulos más importantes de este intento
de aplicación científica fue la Psicología, bajo la influencia del
alemán Wundt y del norteamericano W. James. Se trataba de someter la
racionalidad humana y todas las capacidades mentales a la metodología
científica. Una de estas disciplinas que nacen en esta época es la frenología,
nacida a principios del s. XIX de la mano de Francisco José Gall
(† 1828). Su teoría se orientaba hacia demostrar que el cerebro está estructurado
en parcelas bien determinadas (27), cada una de las cuales
estaría encargada de una específica actividad anímica. Se trataba, por
tanto, de reducir la actividad mental al funcionamiento del cerebro. Las
teorías de Gall fueron continuadas por Juan Gaspar Spurzheim († 1832).
Esta rama del saber comienza a hacerse presente en México hacia
el año 1832, cuando aparece publicado un libro del español José Ramón
Pacheco, Exposición sumaria del sistema frenológico del Dr. Gall.
En España, la frenología alcanzó bastante aceptación. Uno de sus representantes,
Mariano Cubí y Soler (1801-1875), autor de La Frenología
y sus glorias. Lecciones de Frenología, fue uno de los artífices de
la introducción de esta ciencia en Hispanoamérica, en la medida en
que, tras unos años de estancia en Estados Unidos, recaló en La Habana
y luego en México (1833). Sus folletos sobre frenología se extendieron
por diferentes lugares de Hispanoamérica así como en los Estados
Unidos. Pero esta influencia fue efímera, como la de la frenología, en
general, puesto que sus teorías fueron muy pronto superadas por posteriores
investigaciones científicas sobre el cerebro.Beorgli, Carlos. Historia del pensameinto latinoamericano. Tercera Edición. Publicaciones Deusto. Universidad de Deusto. Bilbao. 2010